Mucha precaución
Ahí andan los índices mundiales, atascados en resistencias claves y moviendo cada vez mayor volumen. Algo que no es bueno si no se avanza, y que será muy malo si se acaba rompiendo por abajo.
Ya he hablado mucho de las dos corrientes de analistas, de los que creen en la recuperación, y de los que hablan de que esta semana, a más no tardar, empezara una nueva onda bajista.
Yo no soy quien para predecir donde iremos y mucho menos cuando. Pero me parece poco probable que, llegados hasta aquí, nos vayamos a ir a los infiernos sin apenas dar tiempo a que se incorporen a los mercados más inversores particulares.
Ese era mi escenario. Y después, personalmente, si creo que, con el tiempo, el suficiente para distribuir entre los particulares las acciones con generosidad, nos iremos para abajo.
¿Cuándo? No lo sé. Pero confió en que hablaran los gráficos.
Y es que, en mi opinión, por mucho que nos hablen de recuperación los mismos que nunca vieron llegar la que después nos cayó, esta no es una crisis cíclica, sino que es una crisis del sistema. Uno de esos periódicos momentos en la historia económica, en el que los cambios son tan profundos (globalización y traslado del sistema productivo de los países desarrollados a los emergentes, consolidación de internet como máximo exponente de un mundo interconectado global y transparente, avances tecnológicos como el coche eléctrico, etc.) que se produce un cambio del paradigma económico reinante. Y, por tanto, cómo en todo cambio radical, muchas empresas quedaran en el camino incapaces de reinventarse a sí mismas, provocando la consiguiente crisis social derivada de un mayor desempleo.
Pero ahora nos importa el mañana. Y es mi obligación deciros, porque con demasiada asiduidad lo impensable acaba ocurriendo en los mercados, que debemos ser precavidos.
Por eso os aconsejo que fijéis y vigiléis los stops de todos los valores de vuestra cartera. Y que, llegado el caso de irnos para abajo y de que sean perdidos los soportes de los índices mundiales, los ejecutéis sin dudar. No creáis en nada de lo que os han dicho los que antes nada os dijeron. No confiéis en los brotes verdes. Desconfiar de todos y ejecutar los stops.
Que para eso están. Para salvaguardar nuestro capital y alejarnos de las emociones que provocan con sus manipulaciones mediáticas los dueños de nuestro mundo.
Un saludo, Enrique
Ahí andan los índices mundiales, atascados en resistencias claves y moviendo cada vez mayor volumen. Algo que no es bueno si no se avanza, y que será muy malo si se acaba rompiendo por abajo.
Ya he hablado mucho de las dos corrientes de analistas, de los que creen en la recuperación, y de los que hablan de que esta semana, a más no tardar, empezara una nueva onda bajista.
Yo no soy quien para predecir donde iremos y mucho menos cuando. Pero me parece poco probable que, llegados hasta aquí, nos vayamos a ir a los infiernos sin apenas dar tiempo a que se incorporen a los mercados más inversores particulares.
Ese era mi escenario. Y después, personalmente, si creo que, con el tiempo, el suficiente para distribuir entre los particulares las acciones con generosidad, nos iremos para abajo.
¿Cuándo? No lo sé. Pero confió en que hablaran los gráficos.
Y es que, en mi opinión, por mucho que nos hablen de recuperación los mismos que nunca vieron llegar la que después nos cayó, esta no es una crisis cíclica, sino que es una crisis del sistema. Uno de esos periódicos momentos en la historia económica, en el que los cambios son tan profundos (globalización y traslado del sistema productivo de los países desarrollados a los emergentes, consolidación de internet como máximo exponente de un mundo interconectado global y transparente, avances tecnológicos como el coche eléctrico, etc.) que se produce un cambio del paradigma económico reinante. Y, por tanto, cómo en todo cambio radical, muchas empresas quedaran en el camino incapaces de reinventarse a sí mismas, provocando la consiguiente crisis social derivada de un mayor desempleo.
Pero ahora nos importa el mañana. Y es mi obligación deciros, porque con demasiada asiduidad lo impensable acaba ocurriendo en los mercados, que debemos ser precavidos.
Por eso os aconsejo que fijéis y vigiléis los stops de todos los valores de vuestra cartera. Y que, llegado el caso de irnos para abajo y de que sean perdidos los soportes de los índices mundiales, los ejecutéis sin dudar. No creáis en nada de lo que os han dicho los que antes nada os dijeron. No confiéis en los brotes verdes. Desconfiar de todos y ejecutar los stops.
Que para eso están. Para salvaguardar nuestro capital y alejarnos de las emociones que provocan con sus manipulaciones mediáticas los dueños de nuestro mundo.
Un saludo, Enrique
S&P 500
Gráficos y tiempo Real obtenido de ProRealTime, http://www.prorealtime.com/es/
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