viernes, septiembre 4

El Semáforo de la Inversión

¡Ojo al viernes!

Por qué mucho nos tememos que algo puede ocurrir. Y es que, después de semejante despliegue mediático

-"China preocupa y cada vez más"
-“Rumores “persistentes” de que un hedge importante estaría a punto de quebrar”
-"Estacionalidad negativa en septiembre"
-“Fondos de capital tomando cada vez más posiciones cortas”
-"Análistas prestigiosos aconsejando a los inversores vender sus posiciones”
-Fuentes “anónimas” hablando de necesidad de una ampliación de capital de un gran banco
-Inversores españoles enganchados al crack

etc etc...

si después de tantas noticias catastrofistas, con el miedo metido en el cuerpo, y más de uno y dos y mil con posiciones cortas, ¿Qué pasaría si al final nos fuéramos para arriba?

¿Qué pasaría si el dato de paro americano saliese horroroso? algo por otra parte descontado, pues la recuperación del empleo es siempre la última en llegar,

…y, a pesar de todo ello, ¿nos fuéramos para arriba?

Pues que sin duda, ese escenario seria, gasolina pura para los índices. Pues con inversores cerrando a toda prisa posiciones cortas y hedges haciendo lo contrario de lo que dijeron que pensaban hacer, no dudéis que los máximos caerían…

…Y entonces ya sí, ya entenderíamos que nos hayan traído hasta aquí, en los inicios de septiembre, con el grueso de inversores particulares recién llegados de vacaciones y planteándose entrar en una bolsa en maximos.

Y entonces, ya si, se olvidarían de hedges que quiebran y bancos con necesidades de ampliar capital. Dejarian de estar preocupados por china y nosotros de fumar crack. Porque entonces ya sí, nos dirían, que la recuperación es un hecho y que los brotes verdes se volvieron selvas amazónicas. Sí, entonces ya si, nos dirian que vivimos en el mejor de los mundos posibles...

...y en eso tienen razón. Porque vivimos en su mundo, el que ellos crean, modulan y dirigen a base de gestionar nuestras emociones y esquilmar nuestros ahorros.

Pues eso, que precaución, y si el dato de paro sale malo, cuidado con apretar el gatillo de los cortos…

Un saludo, Enrique

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